Cap. III. Hacia la legitimación del continuismo |
![]() |
El 9 de abril de 1865 se convocaron elecciones para la Asamblea Constituyente, la cual se instaló el 7 de septiembre, bajo la presidencia del canónigo y doctor en Filosofía Florencio Estrada, diputado por Comayagua. La comisión redactora de la nueva constitución estuvo integrada por José María Rojas, Francisco Medina, Céleo Arias, Santiago Arriola y Valentín Durón. El 1 de febrero de 1866 Medina asumió el cargo de Presidente para un nuevo período que se extendería hasta el 31 de enero de 1870. En estas elecciones alcanzó un total 14.379 votos de los 19.402 sufragios emitidos; es decir, el 71.5% del total de votos contabilizados1; estos datos no sorprenden, puesto que responden a la tendencia que se había venido siguiendo. |
![]() |
Es claro que en las sociedades hispanoamericanas del siglo XIX las elecciones tuvieron dos funciones: legitimar el poder y seleccionar a los hombres que integrarían la representación nacional y, al mismo tiempo, simbolizar el nuevo orden. En otras palabras, se trataba de nombrar o seleccionar antes que de elegir a los hombres más apropiados3. |
Más artículos de Todo está en los libros |